Desde el año 23 del siglo pasado, existió en Huelva capital un negocio de droguería que puso un extremeño nacido en Almendralejo, que es el personaje de nuestra historia, negocio al que denominó Droguería Parisién. La droguería de nuestro encabezado estaba sita en la calle General Azcárraga, hoy actual calle Arquitecto Pérez Carasa que era continuación de la calle Palacio y a la que cruza, en su inicio, la calle Vázquez López. Hemos de añadir que la calle General Azcárraga aludida, y a pesar de los cambios de nombre originados casi siempre por los movimientos políticos, siempre ha sido conocida tradicional y popularmente en Huelva como la calle las Señas
(1923) - Revista HUELVA Y SUS FIESTAS Pag 4
ALGÚN DATO BIOGRÁFICO
Sabemos de nuestro personaje, además de que nació (31 de diciembre de 1900) en la capital de Tierra de Barros, que por el año 20 mantenía relaciones con Sebastiana Núñez Conde, hija mayor de Gaspar Núñez y Josefa Conde. La atracción del uno por el otro debió ser muy fuerte, porque Ignacio visitaba desde Almendralejo a Sebastiana, que vivía en Huelva, a lomos de una moto, que en aquel tiempo y con los caminos que había, con un trayecto de por medio de más de 200 kms. y en el que actualmente se tarda más 2 h. y media, tenía que ser como atravesar el Atlántico a nado.
Plaza de Almendralejo en la actualidad
Matrimonio Pérez - Núñez
LA DROGUERÍA PARISIÉN
La primera referencia, como ya hemos apuntado, fue del año 1923. Y apareció, INICIALMENTE, con un establecimiento principal en la calle General Azcárraga (hoy, insisto, calle Arquitecto Pérez Carasa) y una sucursal en la calle San José. Esta sucursal se mantuvo durante toda la existencia de la droguería en la misma dirección. No sabemos si pasó lo mismo con el establecimiento principal, aunque intuimos que así fue. Que ahí estuvo situada la droguería, lo sabemos por los anuncios publicitarios que hemos ido encontrando y también por comentarios de la familia Núñez, concretamente Cinta. Hay otros comentarios, con toda seguridad igual de acertados, que la situaban en la calle Sagasta, 12 (hoy calle Plus Ultra) y cerca de la Placeta. Lo veremos más adelante.
Droguería Parisién. Esta foto determina la probable situación en el último año de vida del negocio (1935). Estaba en la calle Sagasta nº 12. Esta ubicación la reconoció Pepe, hijo de Ignacio, que entonces tendría 5 años. El me aseguraba que estaba enfrente de la freiduría “En la esquinita te espero”, lo que nos parece poco probable, ya que la situación tradicional de este establecimiento era en la aledaña calle Gravina, cuyo inicio estaría a la izquierda de esta foto, ya fuera de foco.
En la foto vemos un primer cartel anunciador, y, más al fondo, otro también que ocupa casi todo el ancho de la calle. En la línea central de este último, podemos vislumbrar el rótulo de Droguería Parisién. Esto sitúa a la droguería un tanto más alejado de la calle Gravina y de la Placeta.
La foto está tomada, precisamente, desde la Placeta.
La famosa freiduría de Huelva “En la esquinita te espero” en su lugar tradicional de la calle Gravina.
La inauguración de la droguería fue todo un acontecimiento en Huelva. No podía ser de otra forma en una población de unos 35.000 habitantes, con una génesis pueblerina acusada debido a la emigración interior desde el momento en que fue nombrada capital de la provincia.
Aquí tenemos la primera prueba publicista de nuestro personaje.
A Ignacio se le ocurrió que tenía que dar a conocer su establecimiento de una forma rápida y a cuanta más gente mejor. No había televisión, tampoco radio que estaba empezando y hasta 1924 no hizo algunas emisiones en Andalucía (Radio Ibérica en Sevilla y Cádiz)
(Radio Ibérica en Sevilla y Cádiz)
Sí había periódicos y revistas de fiestas y demás, pero todo ello suponía una implantación muy lenta para dar a conocer el inicio de su negocio.
Así que
EL VAGÓN DE PAIPAIS
¡¡Un vagón de paipáis encargó Ignacio!! No sabría decir, en unidades, cuantos serían, pero seguro que suficientes para inundar todo Huelva de abanicos refrescantes, y entonces no había aire acondicionado. ¿Y qué hacer con ellos? Pues repartirlos por todo Huelva y rápido. Así que un camión cargado con los paipáis y cinco personas arriba repartiendo al paso. El guirigay que se armó fue de los de días grandes de fiestas.
Paipái reconstruido por el autor. El original seguro que era más llamativo
Desde luego, todo Huelva se enteró de que había abierto la Droguería Parisién.
(1923) Revista MATER DOLOROSA Pág. 56
Anterior al primer anuncio que hemos insertado, y que salió con motivo de las Fiestas de Verano, fue este de la Revista Mater Dolorosa, que se publicaba antes de la celebración de la Semana Santa y con motivo de esta manifestación religiosa.
Creemos que este anuncio fue el primero que se publicó de la Droguería Parisién.
UN NEGOCIO FAMILIAR
No sabemos si hubo trabajadores externos, pero que algunos miembros de la familia política sí lo hicieron.
Trabajando allí estuvo David Núñez, cuñado de Ignacio.
También Mamés Garfia, primo hermano de Sebastiana la mujer de Ignacio.
De Mamés nos cuenta Pepe, hijo de Ignacio, una anécdota con cierto tinte dramático, pero al mismo tiempo graciosa y simpática.
En la droguería se vendía todo lo que se podía y lo que no se podía también, así que también se preparaban tintes para el pelo de las señoras.
Cierto día fue una señora a por un tinte. Había que prepararlo mezclando algunos ingredientes propios para ello. Ignacio estaría ocupado en otros temas y se lo encargó a Mamés que se confundió en alguno de los principios activos o de las cantidades de la mezcla.
La señora se llevó el frasco y al día siguiente apareció muy indignada reclamando que la habían engañado. El color del pelo que ella quería era negro. La cabeza de la señora lucía un pelo totalmente azul.
Se supone que el asunto se arregló como pudo, pero después las carcajadas se oían desde bastante lejos.
(1926) - Revista MATER DOLOROSA Pág.46
(1926) - Revista Mercantil Pág.92
(1926) - Revista MATER DOLOROSA Pág.46
(1926) - Revista Mercantil Pág.92
Ya en 1926 vemos que el negocio se centraba en dos locales. Se mantenía la sucursal de la calle San José, pero aparece otro establecimiento en la calle Señas.
Y aquí seguimos con el lío de las direcciones. Aparece la calle Señas, 9, pero esta es la misma que la calle General Azcárraga, y entre el 5 y el 9 no creo que fuera un traslado de local sino un cambio de la numeración de la calle.
Escultura callejera de artista anónimo
Escultura callejera de artista anónimo
Ahora vemos frecuentemente por las calles de cualquier ciudad, esculturas vivientes que se mueven sólo cuando suena el tintineo de alguna moneda.
Esto ya lo había inventado Ignacio mucho antes de nuestra época.
La segunda prueba de publicista imaginativo es la siguiente:
La fachada de la droguería tenía un ventanal grande a cada lado de la puerta de entrada. Había un personajillo que le andaba dando la lata a Ignacio pidiéndole algo de trabajo, eso sí, que no fuera muy gravoso y no le exigiera mucho esfuerzo. Ignacio le prometió que no iba a tener que hacer nada y sólo tendría que permanecer sentado en una silla, dentro de la tienda, al lado de uno de los ventanales. Llegaron a un acuerdo y pintó al fulano de negro, lo sentó en la silla y sólo tenía que hacer algún movimiento de cabeza, de brazos, ponerse de pie o lo que quisiera hacer que pudiera llamar la atención de los transeúntes cercanos.
El remolino de gente en la puerta fue de padre y muy señor mío.
(1928) - HUELVA Revista de Turismo Pág.4
En los anuncios, seguimos viendo las dotes de publicista y nos queda claro que la mejor lejía para la colada estaba en la Droguería Parisién.
(1930) - Revista MATER DOLOROSA Pág, 12
En este otro seguimos enterándonos de lo buena que era la lejía “Ntra. Sra. de la Cinta”.
También observamos una nueva dirección. Creemos que esta dirección era otro cambio de denominación de la calle, calle que para los huelvanos seguía siendo la calle las Señas (este cambio se produjo en el período de la Dictadura del General Primo de Rivera)
Otra prueba más de publicista avezado fue, precisamente, que en los ventanales de los laterales de la puerta instaló unos espejos. Uno cóncavo y otro convexo, lo que suponía una llamada de atención para todo el que pasaba por la puerta, que según se mirara en uno o en otro se veía o muy gordo o flaco.
Fue otro éxito más a añadir a los ya obtenidos.
(1935) - Revista MATER DOLOROSA Pág. 39
Este anuncio, con su cuña publicitaria como no podía ser de otra manera, es la última referencia que tenemos de la Droguería Parisién.
Aquí el asunto de las localizaciones de los locales del negocio se nos terminó de complicar. Sólo se mantenía, como denominación, la dirección de la calle San José, pero aparece otro nuevo en la calle Capitán Galán nº 9. Pensamos que es otra nueva denominación de la calle las Señas (este correspondiente al período político de la 2ª República) Pero también aparece otro local nuevo, el de la calle Sagasta, 12 (Plus Ultra) del que hemos venido hablando. No tenemos más documento gráfico que la foto ya referida y creemos que ni el propio hijo de Ignacio, Pepe, sabía de esa diversificación de tiendas y locales.
Por resumir este asunto, creemos que desde el principio hubo dos locales, el de la sucursal de la calle San José, 6 y el de la calle las Señas (o General Azcárraga, o General Primo de Rivera, o Capitán Galán). Los números de este último local oscilaron entre el 5, el 7 o el 9, y este era, sin lugar a duda, el establecimiento principal, ya que, en todos los anuncios, sólo se denomina como sucursal el de la calle San José.
En esta última etapa se instaló el local de la calle Sagasta (Plus Ultra) al que hace referencia la primera fotografía. Sobre este hecho, sólo tenemos la referencia del anuncio publicitario de 1935, por lo que creemos que sólo pudo instalarse a partir de 1930, dado que en los anuncios de ese año no aparecía publicitado este último local. Tampoco se hacía mención alguna a una proxima inauguración en ese anuncio del año 30.
Sabemos por la familia que en 1936 se trasladaron a Valencia. Este traslado, además del cambio de domicilio, supuso también un cambio de actividad, por lo que entramos en una nueva etapa de nuestro personaje, pero esto sería objeto de un trabajo distinto.
Zona céntrica de Huelva. Abajo, hacia la derecha, el local de la calle Señas, 9 y arriba, hacia la izquierda, el de Sagasta, 12. La sucursal de la calle San José quedaría fuera del mapa.
No podemos cerrar este relato, y tampoco queremos sustraernos a ello, sin hacer mención a una gran aficción de nuestro personaje.
IGNACIO Y EL FANDANGO ALOSNERO
Lo de Ignacio con el fandango era pasión, según todos los comentarios familiares.
Y es que hay que recordar que, en los años 20 y 30 del siglo pasado, las temporadas de asueto en el Alosno de la familia Núñez Conde, y con ella de todos los allegados a la misma, eran frecuentísimas. Recordamos que en esos años D. Gaspar tenía en Huelva la representación de la Ford y también, más tarde, la de las marcas de la GM. Esto facilitaba los desplazamientos de la familia.
Ignacio hizo muy buenas migas en Alosno con la reunión de un personaje muy conocido en los ambientes fandangueros, Pedro Carrasco.
En este vídeo vivimos lo que en Alosno se llama una alosnerá, reunión de hombres, o de mujeres, o mixtas, en la que se cantan fandangos y seguidillas alosneras (sevillanas)
Vemos a los guitarristas Juan Díaz, Ángel de la señá Pura, el maestro Rofa y Sebastián Perolino. A la derecha de Juan Díaz, que es el que está más a la izquierda, hay otro del que desconozco el nombre.
Entre los cantaores de izquierda a derecha, vemos de pie a Manolo Garrido Palacios, escritor y gran estudioso del folklore alosnero y autor de varios libros sobre el tema. A su lado, a la izquierda, Paco Toronjo, a continuación, Paquillo “el zapatero”, yerno de Bartolo el de la Tomasa, el siguiente era un muy joven Paquillo “el de Las Partes” y por último Pedro Carrasco del que mantienen un primer plano bastante largo. Aquí es el que inicia el fandango cané que luego canta todo el grupo. Sentados, varios que desconozco, pero enfrente de Juan Díaz un personaje alosnero muy conocido: Manolo Lisardo Bowie, que ayudó mucho a Garrido Palacios en su labor.
Vídeo grabado para la televisión (extracto) en la década de los 70
Como vemos por el vídeo, el amigo Ignacio se arrimaba a un buen árbol, entre otros, porque Pedro Carrasco tendría en el vídeo ya muy cerca de los 80 y conservaba una gran voz ¿cómo cantaría en su plenitud de facultades? Se dice de Pedro que fue uno de los mejores intérpretes del fandango de D. Marcos Jiménez, uno de los estilos de Alosno más difíciles de ejecutar y Pedro escuchó de primera mano a D. Marcos. Tenía un hermano, Antonio, que se juntaba para estos menesteres fandangueros con David Núñez y con Mamés Garfia. Antonio, cantaba fandangos, aunque su hermano era mejor, emigró a Brasil y, al cabo de los años, se trajo para España un gran campeón de boxeo que se llamaba también Pedro Carrasco.
A Ignacio se le reconoce en la familia autor de la letra de algún que otro fandango.
Por recordar, este que insertamos a continuación lo damos como seguro suyo.
Yo tenía un mantoncillo
Que de hermana Juana era
Me lo puse un dominguillo
Pa tomá la linda pea
Que de hermana Juana era
Me lo puse un dominguillo
Pa tomá la linda pea
Hay una letra que en la familia se ha considerado siempre como de su autoría, sobre todo porque hay muchas coincidencias con nuestro personaje, pero que nos genera muchas dudas.
El asunto es que, en el año 24, el Diario de Huelva, y dado el éxito que habían tenido los Concursos de Flamenco del año 23 y de ese mismo año 24 celebrados en la plaza de toros, convocó un Concurso de letras de Fandangos, con la única condición de que fueran inéditas y presentadas con un pseudónimo.
Se presentaron más de 4.000, de las que fueron seleccionadas algo más de 1.000. Se concedían 3 premios, 6 accésits y 10 diplomas.
Uno de los diplomas fue para esta letra
¿Quién era Orejá Jalo? No tenemos la referencia. Fue de las letras en la que los autores no añadieron el nombre después del pseudónimo.
En la familia se ha considerado como de Ignacio, aunque con diferencias en su redacción, que, si no le cambian el sentido, si la hacen más redonda.
De no cantar el fandango
Que culpilla tendré yo
Si he nacío en Almendralejo
Provincia de Badajoz
¡¡Pa qué habré nacío tan lejos!!
El primer premio fue para una letra muy conocida y que se popularizó desde entonces
Por la sierra galopando
entre Portugal y España,
Juan de la Cruz va cantando
¡viva mi jaca castaña,
la perla del contrabando!
El primo Mamés Garfia, la acomodaba a su forma y en lugar de Juan de la Cruz decía Juan Garfia que va cantando.
El autor de esta letra fue un escritor y autor teatral onubense que vivía en Madrid, Luis Manzano Mancebo.
Otras muchas letras de este concurso se hicieron muy populares y hoy se siguen cantando.
Estos datos del concurso han sido extraídos de Huelva Información de su serie Historias del Fandango y del artículo datado en 22 de mayo de 2022 titulado “El libro de los Fandanguillos”. El autor de todo esto es el cerreño-cruceño-calañés MIGUEL ÁNGEL FERNÁNDEZ BORRERO. Una notabilidad en flamenco, sobre todo en Fandangos de Huelva, con infinidad de artículos, intervenciones en cursos, dirección en programas de TV, libros, etc.
Además, hemos consultado
Que culpilla tendré yo
Si he nacío en Almendralejo
Provincia de Badajoz
¡¡Pa qué habré nacío tan lejos!!
entre Portugal y España,
Juan de la Cruz va cantando
¡viva mi jaca castaña,
la perla del contrabando!
Bibliografía consultada
Archivo Histórico Provincial de Huelva (Junta de Andalucía)
Periódicos
Huelva Información
Guías, almanaques, etc.
Álbum “Huelva y sus Fiestas”
Álbum “Fiestas veraniegas en Huelva”
Revista “Mater Dolorosa” (Semana Santa)
Revista Mercantil
(Desde 1910…)
Otros
Archivo documental de la familia Pérez Núñez
Archivo documental de la familia Núñez
No hay comentarios:
Publicar un comentario